martes, 15 de septiembre de 2009

El 91% de los latinoamericanos considera necesario ejercitar la salud emocional.

Este resultado fue arrojado por el “Segundo Estudio sobre Salud Emocional, Bienestar y Felicidad" realizado, en Argentina, Chile, Bolivia y Perú, por la consultora IPSOS, por encargo de Coca-Cola. Frente a estos resultados el doctor Roberto Re, médico psiquiatra, director y fundador de la RED SANAR presenta una serie de pautas para aprender a trabajar con nuestras emociones.

El director de la RED SANAR, la ONG más importante en nuestro país en asistencia gratuita en salud mental, explica que las emociones humanas son el elemento básico de la afectividad, son el motor que moviliza al hombre, a quien le otorga características propias. Las ciencias de la conducta la definen como cualquier movimiento o agitación de la mente, en relación con el sentimiento y la pasión.
Las emociones conmueven y mueven a la persona, explica el doctor Re, quien agrega, las emociones son universales pero se manifiestan de un modo único e irrepetible en cada ser humano, lo cual estará dado por el carácter, el temperamento, la personalidad, la cultura, como así también por el contexto en que se desenvuelvan.

Emociones Positivas, emociones negativas.

El plano de las emociones es el nivel más elemental de la dimensión emocional-afectiva.

Está vinculado al par contradictorio: agrado-desagrado; estimulando la acción positiva si es agradable, e inhibiéndola o facilitando el alejamiento o la respuesta agresiva negativa, si es de des-agrado.
Emociones positivas: alegría, ágape, amabilidad, asombro, compasión, confianza, deleite, dicha, embelezo, entusiasmo, felicidad, gratificación, satisfacción.
Emociones negativas: abatimiento, aborrecimiento, acritud, aflicción, animosidad, ansiedad, aprensión, aversión, cólera, congoja, culpa, desden, desesperación, desprecio, disgusto, dolor, engreimiento, envidia, exasperación, extravagancia, fastidio, furia, hostilidad, humillación, indignación, irritabilidad, menosprecio, miedo, mortificación, nerviosismo, orgullo, pena, pesar, pesimismo, remordimiento, resentimiento.
¿Cómo trabajar con nuestras emociones?
El doctor Re coincide con los resultados arrojados por la encuesta, considera fundamental que las personas aprendan a conducir sus emociones, especialmente las negativas, cuando este trabajo no se realiza, explica el psiquiatra, se puede caer en el desequilibrio emocional con innumerables consecuencias para la vida interior, la salud física, emocional, mental y social.
Es necesario transitar nueve pasos para su transformación:
A continuación, el director de la Red Sanar propone nueve pasos, para trabajar y trabajarse en nuestras emociones negativas transformándolas en energía positiva.
1- Primer paso: reconocerlas poniéndoles nombre propio; alfabetizarlas. Para comenzar a trabajar con nuestras emociones el primer paso es reconocerlas, debemos desarrollar la habilidad de observar y comprender que ocurre en nuestro interior, lo cual no es una tarea sencilla, ya que desde pequeños nos educaron a esconder aquello que sentimos.
Para esto el doctor Roberto Ré considera primordial alfabetizar nuestras emociones, el enojo, la ira, los celos, la tristeza, el miedo, la culpa, el resentimiento, la envidia; lo cual, es un viaje de exploración, que implica una trama interna compleja, en la cual puede haber confusión, más aún, cuando hay mucho dolor.
2- Segundo paso: Lucha interior emocional. Este aprendizaje desata una lucha interna difícil de resolver, provoca, en la persona, un desconocimiento emocional, que genera una consecuencia aún más perjudicial: la clausura de su mundo interior, llevándolo a vivir en un mundo irreal, asilado de los demás e irritable, donde se frustra, se lastima y se autoengaña y su consecuencia el mal humor.
3- Tercer paso: Reconocer aquello que siento.
Es necesario ponerle nombre a las emociones. Despegarse de las negativas, no sentirse identificado, sabiendo que uno no es aquello que siente, si no mucho más.
4- Cuarto paso: Demorar la respuesta: Retrasar la reacción, no suprimirla. Permite ser consciente de eso que, si lo dejamos salir automáticamente, carecerá la posibilidad de la autoobservación.
5- Quinto paso: Autoobservación de uno mismo. Debemos aprender a mirar nuestras emociones de frente: internamente observando como fluyen dentro nuestro. Externamente mirándonos en el espejo de los otros.
6- Sexto paso: Apartar la emoción de la razón. Implica racionalizar nuestra acción. Por ejemplo si sentimos celos debemos estudiar si son reales, si el otro me dio motivos o si simplemente son producto de mi propia inseguridad y/o autoestima herida.
7- Séptimo paso: Revisa las creencias. Es necesario analizar que hay detrás de aquello que nos pasa, identificar que creencias acompañan y sostienen esa conducta, ya que las creencias negativas refuerzan el pensamiento negativo, y viceversa, aumentando la angustia. Así por ejemplo en los celos, la creencia podría ser: yo no soy valiosa/o, por eso me pueden reemplazar fácilmente.
8- Octavo paso: Dale tiempo a digerir tus emociones negativas y reestructúralas hacia la positividad. Para poder digerir lo que vamos descubriendo en nuestro interior.
9- Noveno paso: Si fuese necesario pide ayuda. Si sientes que sola/o no puedes, busca un referente significativo que te acepte tal cual sos, puede ser un amigo, un familiar, un terapeuta o un psicólogo que sepa guiarte en la transformación.
En síntesis: se trata de transformar emociones negativas en positivas.
El doctor Roberto Re concluye diciendo que los sentimientos, los afectos y las emociones, demandan una energía vital que tenemos que aprender a gerenciar con amor a uno mismo y a los demás. Es necesario trabajar con nuestras emociones negativas, transformándolas en positivas para enriquecer y vitalizar el goce y la felicidad de una vida saludable.