El cirujano Víctor Caramutti, quién operó al ex presidente Néstor Kirchner, consideró al estrés como un “factor significativo" en la afección arterial que motivó la operación. Ante este panorama el doctor Roberto Ré, médico psiquiatra y director de la RED SANAR, explica que es el estrés, cuáles son sus causas, cómo puede incidir en la salud y brinda una serie de consejos para poder gerenciarlo.
El director de la Red Sanar, una ONG con sesenta filiales en argentina que brindan asistencia gratuita en salud mental, explica, en su libro Vida sin distrés, que el estrés es la tensión que un individuo ha de emplear ante un impulso/estímulo/situación produciendo una reacción/respuesta. Es vital para la vida en plenitud, ya que nos provee de tensión y potencia. Ahora bien, cuando la persona ante el estímulo reacciona de una manera tensional desadaptativa, negativa, excesiva, insana y disfuncional hablamos de “estrés malo” es decir distrés, es cuando el sistema se transforma agrediendo a la persona, perjudicando su salud física. En estos casos, explica el doctor Re, los glucocorticoides en disregulación = distrés, entran en cascada nociva, originando diversas alteraciones y especialmente la del neurotransmisor glutamato que causa el ingreso masivo de calcio intracelular siendo este origen de múltiples patologías.
¿Por qué se provoca estrés en el hombre?
El estrés es una situación normal en toda persona u organismo vivo, producto de las tensiones o presiones que nos da la vida. Entendemos por presiones las fuerzas del ambiente, los estímulos y acontecimientos de todo tipo que se dirigen hacia una persona. El hombre necesita del equilibrio, de la organización y estabilización de su propio sistema propio y de su circunstancia, para lo cual su organismo realiza la homeostasis (proceso de equilibrio holístico) y se tensiona frente aquello que le produce riesgo de peligro o caos, o sea, el desorden. La homeostasis lo dispensa del riesgo de ruptura que produce en su organismo la alostasis (proceso por el cual la persona intenta la adaptación, equilibrio u homeostasis).
¿Cuáles son los factores que hacen a una persona más vulnerable a sufrir distrés?
Existen algunos factores determinantes como la predisposición genética y el medio en el cual se desarrolla la persona, sumado a desequilibrios interiores y/o conductas inadecuadas, actuarán incidiendo sobre genes tempranamente marcados (genes que predisponen enfermedad). Si esta situación se mantiene durante algún tiempo, sobrevendrá el primer episodio, donde el estrés tendrá que salir al frente de esta situación; se aumentará la indefensión y de continuar los factores de riesgo (factores de presión) sobrevendrá un segundo episodio. Si a éste le sumamos la carga alostática (esfuerzo del organismo para sacarse de encima el estrés), sobrevendrá el distrés y con él cambios moleculares (celulares) persistentes que agudizarán la enfermedad; si persiste en forma indefinida, hará a la persona más vulnerable en el futuro.
¿Cuáles son los síntomas del distrés?
Si bien el distrés manifiesta alertas en todas las dimensiones del hombre, mencionaremos algunos de los síntomas más comunes en la dimensión física: agotamiento, entumecimiento, temblores, dolores musculares, calambres, cefaleas, colitis, colon irritable, hipertensión arterial, diarreas-estreñimiento, impotencia entre otros.
¿Qué relación existe entre la hipertensión arterial, los accidentes cerebro vasculares y el distrés?
En el año 2004, el estudio internacional Interheart marcó un punto de inflexión en el análisis de los problemas coronarios, ya que reveló que el 40% de los problemas coronarios no están vinculados con los factores de riesgo clásicos (hipertensión, diabetes o colesterol alto) sino con el estrés, la depresión, la ira y la ansiedad. Esto se debe a que las respuestas adaptativas llevan implícito mecanismos diversos que tienen como finalidad afrontar el distrés; uno de estos mecanismos es la elevación de la tensión arterial, cuyo fin es la respuesta adaptativa a las exigencias de la vida. La reiteración de una respuesta adaptativa, como el aumento de la tensión arterial, en comorbilidad con la tensión nerviosa para afrontar el distrés, puede producir una respuesta inadaptativa.
Se estima como normal una presión sin esfuerzo entre 120-80mm de mercurio. El rango entre 125-135 y 70-80 mm de mercurio se la denomina pre-hipertensión. Muchas personas dentro de este margen están expuestos a impactos (infartos) vasculares cerebrales que pueden dejar secuelas neuropsiquiátricas. Estos infartos son “silenciosos y asintomáticos”; se descubren a largo plazo o en un evento agudo “pico hipertensivo” con “lesión de órgano blanco”: cerebro, corazón, riñón son los más frecuentes.
Por otro lado, la persona sometida a tensión, conflicto y/o esfuerzo, sumado esto a un medio ambiente hostil, como así a duelos, pérdidas o frustraciones, activa mecanismos neurobiológicos de estrés que, si son reiterados, se transforman en distrés, actuando sobre los centros nerviosos claves, iniciando la escalada que llevará a la hipertensión arterial.
¿Cómo gerenciar el distrés?
Con un cambio en la actitud y en la conducta se puede afrontar el distrés, que es psicoeducable y gerenciable. Para ello es necesario buscar el origen, confrontarlo, controlarlo, administrarlo y realizar una organización para evitar estar distresado.El doctor Roberto Re elaboró veinte reglas prácticas para aprender a gerenciar el distrés:
1. Identificar y buscar el origen del problema.
2. Diferenciar lo pasajero de lo permanente, lo urgente de lo importante, lo profundo de lo superficial.
3. Identificar lo que genera efectos no deseados.
4. Saber pedir ayuda y abrir la mente a la creatividad.
5. Organizar un plan de trabajo, con objetivos y evaluaciones.
6. Diseñar un plan de acción con discernimiento de causas/consecuencias.
7. Utilizar racionalmente el tiempo.
8. Garantizar los recursos y una buena gestión.
9. Gastarse pero no desgastarse.
10. Estar en promoción y formación permanente.
11. Resolver el día a día.
12. Promover y facilitar la participación.
13. Consensuar, acordar y negociar.
14. No tener miedo a lo nuevo y creativo.
15. Delegar, integrarse en equipos interdisciplinarios y transdisciplinarios.
16. Dar respuestas a: qué, por qué, cuándo, dónde, cómo, para qué, y para quiénes.17. No poner en riesgo la propia salud y/o la de los otros.
18. Evitar prejuicios y perjuicios.
19. Gerenciar los problemas con la minima implicancia personal.
20. El gerenciamiento de una situación de distrés debe capacitar para sanar el distrés en general.
El director de la Red Sanar, una ONG con sesenta filiales en argentina que brindan asistencia gratuita en salud mental, explica, en su libro Vida sin distrés, que el estrés es la tensión que un individuo ha de emplear ante un impulso/estímulo/situación produciendo una reacción/respuesta. Es vital para la vida en plenitud, ya que nos provee de tensión y potencia. Ahora bien, cuando la persona ante el estímulo reacciona de una manera tensional desadaptativa, negativa, excesiva, insana y disfuncional hablamos de “estrés malo” es decir distrés, es cuando el sistema se transforma agrediendo a la persona, perjudicando su salud física. En estos casos, explica el doctor Re, los glucocorticoides en disregulación = distrés, entran en cascada nociva, originando diversas alteraciones y especialmente la del neurotransmisor glutamato que causa el ingreso masivo de calcio intracelular siendo este origen de múltiples patologías.
¿Por qué se provoca estrés en el hombre?
El estrés es una situación normal en toda persona u organismo vivo, producto de las tensiones o presiones que nos da la vida. Entendemos por presiones las fuerzas del ambiente, los estímulos y acontecimientos de todo tipo que se dirigen hacia una persona. El hombre necesita del equilibrio, de la organización y estabilización de su propio sistema propio y de su circunstancia, para lo cual su organismo realiza la homeostasis (proceso de equilibrio holístico) y se tensiona frente aquello que le produce riesgo de peligro o caos, o sea, el desorden. La homeostasis lo dispensa del riesgo de ruptura que produce en su organismo la alostasis (proceso por el cual la persona intenta la adaptación, equilibrio u homeostasis).
¿Cuáles son los factores que hacen a una persona más vulnerable a sufrir distrés?
Existen algunos factores determinantes como la predisposición genética y el medio en el cual se desarrolla la persona, sumado a desequilibrios interiores y/o conductas inadecuadas, actuarán incidiendo sobre genes tempranamente marcados (genes que predisponen enfermedad). Si esta situación se mantiene durante algún tiempo, sobrevendrá el primer episodio, donde el estrés tendrá que salir al frente de esta situación; se aumentará la indefensión y de continuar los factores de riesgo (factores de presión) sobrevendrá un segundo episodio. Si a éste le sumamos la carga alostática (esfuerzo del organismo para sacarse de encima el estrés), sobrevendrá el distrés y con él cambios moleculares (celulares) persistentes que agudizarán la enfermedad; si persiste en forma indefinida, hará a la persona más vulnerable en el futuro.
¿Cuáles son los síntomas del distrés?
Si bien el distrés manifiesta alertas en todas las dimensiones del hombre, mencionaremos algunos de los síntomas más comunes en la dimensión física: agotamiento, entumecimiento, temblores, dolores musculares, calambres, cefaleas, colitis, colon irritable, hipertensión arterial, diarreas-estreñimiento, impotencia entre otros.
¿Qué relación existe entre la hipertensión arterial, los accidentes cerebro vasculares y el distrés?
En el año 2004, el estudio internacional Interheart marcó un punto de inflexión en el análisis de los problemas coronarios, ya que reveló que el 40% de los problemas coronarios no están vinculados con los factores de riesgo clásicos (hipertensión, diabetes o colesterol alto) sino con el estrés, la depresión, la ira y la ansiedad. Esto se debe a que las respuestas adaptativas llevan implícito mecanismos diversos que tienen como finalidad afrontar el distrés; uno de estos mecanismos es la elevación de la tensión arterial, cuyo fin es la respuesta adaptativa a las exigencias de la vida. La reiteración de una respuesta adaptativa, como el aumento de la tensión arterial, en comorbilidad con la tensión nerviosa para afrontar el distrés, puede producir una respuesta inadaptativa.
Se estima como normal una presión sin esfuerzo entre 120-80mm de mercurio. El rango entre 125-135 y 70-80 mm de mercurio se la denomina pre-hipertensión. Muchas personas dentro de este margen están expuestos a impactos (infartos) vasculares cerebrales que pueden dejar secuelas neuropsiquiátricas. Estos infartos son “silenciosos y asintomáticos”; se descubren a largo plazo o en un evento agudo “pico hipertensivo” con “lesión de órgano blanco”: cerebro, corazón, riñón son los más frecuentes.
Por otro lado, la persona sometida a tensión, conflicto y/o esfuerzo, sumado esto a un medio ambiente hostil, como así a duelos, pérdidas o frustraciones, activa mecanismos neurobiológicos de estrés que, si son reiterados, se transforman en distrés, actuando sobre los centros nerviosos claves, iniciando la escalada que llevará a la hipertensión arterial.
¿Cómo gerenciar el distrés?
Con un cambio en la actitud y en la conducta se puede afrontar el distrés, que es psicoeducable y gerenciable. Para ello es necesario buscar el origen, confrontarlo, controlarlo, administrarlo y realizar una organización para evitar estar distresado.El doctor Roberto Re elaboró veinte reglas prácticas para aprender a gerenciar el distrés:
1. Identificar y buscar el origen del problema.
2. Diferenciar lo pasajero de lo permanente, lo urgente de lo importante, lo profundo de lo superficial.
3. Identificar lo que genera efectos no deseados.
4. Saber pedir ayuda y abrir la mente a la creatividad.
5. Organizar un plan de trabajo, con objetivos y evaluaciones.
6. Diseñar un plan de acción con discernimiento de causas/consecuencias.
7. Utilizar racionalmente el tiempo.
8. Garantizar los recursos y una buena gestión.
9. Gastarse pero no desgastarse.
10. Estar en promoción y formación permanente.
11. Resolver el día a día.
12. Promover y facilitar la participación.
13. Consensuar, acordar y negociar.
14. No tener miedo a lo nuevo y creativo.
15. Delegar, integrarse en equipos interdisciplinarios y transdisciplinarios.
16. Dar respuestas a: qué, por qué, cuándo, dónde, cómo, para qué, y para quiénes.17. No poner en riesgo la propia salud y/o la de los otros.
18. Evitar prejuicios y perjuicios.
19. Gerenciar los problemas con la minima implicancia personal.
20. El gerenciamiento de una situación de distrés debe capacitar para sanar el distrés en general.
1 comentario:
Considero de vital importancia el análisis que el Dr. Ré expone aquí referido al "stres" " distres". Recién hoy encuentro este artículo, interesante en el cual explica con total claridad los factores desencadenantes de las posibles enfermedades lo cual he podido comprobar en la salud de mi esposo. Muchísimas gracias.
Silvia I.M. Allende
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