lunes, 18 de mayo de 2009

CRECEN LAS CONSULTAS POR TRASTORNOS MENTALES CONSECUENTES DE LA INSEGURIDAD.

La sociedad argentina sufre un flagelo que deja, todos los días, a muchas personas con diversos traumas y perjuicios: la inseguridad. La cual no sólo le deja a la persona pérdidas en lo económico y en lo material, si no también, en algo más importante y muchas veces más difícil de recuperar, su salud mental. La RED SANAR, la ONG más grande en nuestro país en asistencia gratuita en salud mental, advierte sobre el crecimiento de las consultas por trastornos mentales derivados de un acto delictivo.

El doctor Roberto Re, médico especialista en psiquiatría, director y fundador de la RED SANAR, manifiesta que en las cincuenta filiales que posee la Ong en todo el país, se incrementó en un 30% el número de pacientes que se acercan a la Red por padecer un trastorno mental como consecuencia de sufrir o presenciar un hecho delictivo. Además, agregó que en el conurbano esta cifra asciende al 35%.
Distrés postraumático
Algunas de estas personas pueden padecer de distrés postraumático, entendiendo por tal al disturbio posterior a una experiencia psicológica desagradable, que produce un trastorno emocional o mental en la misma y como consecuencia efectos negativos duraderos sobre los pensamientos, los sentimientos, las conductas perturbando el sano dormir de una persona, explica el doctor Ré, quién añadió este trastorno se expresa luego de un acontecimiento distresante y extremadamente hiriente para el psiquismo, en donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier otra amenaza para su integridad.
Acontecimientos graves fuera de lo esperado
El doctor señala tres situaciones claves que pueden originar el distrés postraumático:
1) La persona es testigo de un acontecimiento donde se producen muertes, heridos o existen amenazas para la vida de otras personas.
2) La persona conoce a través de un familiar u otra persona cercana acontecimientos de muertes inesperadas o violentas.
3) La persona ha sido dañada seriamente, con peligro de muerte o herida grave.
El acontecimiento traumático que impacta negativamente a la persona que lo padece está generalmente fuera de la norma de la experiencia humana, de lo esperado por la persona, tales como; un accidente automovilístico, un abuso sexual, un robo a mano armada u otros.
El paciente lucha para olvidarse del acontecimiento traumático, sin embargo, hay un retroceso mental, y las re-experiencias del paciente lo hacen retornar a la circunstancia dolorosa en la forma de sueños intrusos, de pensamientos y de memorias que disturban, que se asemejen o recuerden al trauma.
Por otro lado, el doctor explica que cuando la persona no elabora una reacción-respuesta adecuada a la situación traumática es allí cuando se distresa
[1].
Se incrementan los pacientes con ataques de pánico
Otro de los trastornos que se desatan como consecuencia de la inseguridad es el ataque de pánico, el cual suele darse en personas, con una cierta predisposición genética, cuyo sistema de alerta funciona predominantemente sobre otros. Por lo general se manifiesta a partir de un hecho desencadenante, que puede ser de importancia, como la muerte de un ser querido, un robo a mano armado, un susto, un trastorno físico, o bien puede ser provocado por un hecho banal, como agacharse o girar la cabeza bruscamente. A partir de este hecho comienzan a repetirse los síntomas inesperados como ser palpitaciones, angustia respiratoria, sensación de falta de aire u ocupación de cabeza, mareos, transpiraciones, etc.
Aumentan los casos de fobia a salir a la calle por temor a ser asaltado.
Por último, señala que se han incrementado los casos de personas, en especial ancianos, quienes manifiestan no poder salir de su hogar por temor a ser asaltados, desarrollando una fobia específica. El profesional explica que se trata de un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones claramente discernibles y circunscritos. La exposición al estímulo fóbico, en este caso el asalto, provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad. Esta respuesta puede adquirir la forma de una crisis de angustia situacional.
Guía de síntomas de afectación en salud mental
El doctor Roberto Ré presenta un listado de síntomas que se pueden llegar a presentar luego de algún acontecimiento violento y que representan alertas para consultar al médico.
Síntomas físicos: Falta de impulso, abulia, apatía; sobresalto, taquicardia, temblor, contractura, muscular, sudoración, cefalea, fatiga, disfunciones sexuales.
Síntomas emocionales: Hipervigilancia, ansiedad generalizada, dificultad para mantener o conciliar el sueño, irritabilidad, ataques de ira, desequilibrio afectivo, desesperanza, vergüenza, reacciones de pánico, depresión.
Síntomas mentales: Desatención y desconcentración, revivir el acontecimiento permanentemente, sentir culpa en acontecimientos donde sobrevivieron, mientras otros perdieron la vida, comportamiento compulsivo y autodestructivo, alteración de memoria.
Síntomas sociales: Desequilibrio afectivo, comportamiento compulsivo y autodestructivo, sentimientos de inutilidad, vergüenza, desesperación, desesperanza.
Síntomas valóricos: Sensación de perjuicio a su persona, de desvalimiento, sentimientos de inutilidad, pérdida de proyecto existencial, sensación de ser víctima, destonificación amorosa frente a sí mismo y a los otros. Con odio especialmente a los semejantes y pérdida de autoestima.
Síntomas espirituales: Desinterés por la vida, mutilación de la vida espiritual, odio hacia sí, los otros y Dios, pérdida de la mística del trabajo o profesión.
Tratamiento y sanación
Concluye exponiendo dieciséis normas y pasos a tener en cuenta para el tratamiento en trastornos mentales derivadas de hechos delictivos o violentos.
1) Rapidez de acción. El tratamiento debe iniciarse en forma rápida, cuanto más rápido menor incidencia de secuelas.
2) Apoyo individual. Animar al paciente a que hable del suceso y que mientras lo hace aprenda a relajarse.
3) Psicoeducación. Para el paciente y su familia. En el caso de niños y adolescentes extensivo a la comunidad educativa.
4) Afrontamiento. Confrontación empática con el suceso. Individual.
5) Técnicas de respiración y relajación.
6) Reestructuración cognitiva comportamental.
7) Farmacoterapia con medicación especifica. Si responde bien, duración: no menor a dos años.
8) Terapia de apoyo familiar. En grupos de mutua ayuda, utilizando terapia cognitivo – comportamental o hipnosis.
9) Psicoterapia individual. Tras el suceso traumático se deberá seguir el modelo de intervención en crisis.
10) Imaginería, del suceso con exposición posterior, manejo y gerenciamiento del distrés emergente de tales situaciones.
11) Técnicas de EMDR (Movimientos oculares de desensibilización y reprocesamiento). Es un método psicológico para tratar dificultades emocionales que fueron causadas por experiencias difíciles en la vida del sujeto, desde guerras, asaltos y desastres naturales hasta fobias, ataques de pánico o incidentes traumáticos en la infancia.
12) Normalizar el sueño.
13) Cambio de estilos de vida.
14) Alimentación adecuada.
15) Espiritualidad que fortalezca un encuentro de sentido vital con proyecto y misión significativa.
16) Abordaje interdisciplinario de todos los actores sociales con enfoque puesto en la comprension de la complejidad de los hechos delictivos, sus causas y consecuencias
[1] Distrés: es la reacción-respuesta tensional desadaptativa, negativa, excesiva, insana y disfuncional de la persona ante una situación o estímulos estresores. Vida sin distres. 125 preguntas y respuestas. Roberto F. Ré. Mateo Bautista. Ed San Pablo. 2007. Preg. 27. Pag. 66.

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